Por
qué no entendemos a Chávez
“La presidencia de Chávez ha
estado jalonada de constantes embestidas mediáticas que han resonado en todo el
mundo -y mucho más en España- en torno a auténticos montajes informativos,
manipulaciones o irrelevancias”
Por Pascual Serrano / Domingo 7 de
octubre de 2012
Tomado de Prensa Rural
En abril de 2008, algunos meses
antes de que estallara la crisis económica en la que ahora estamos instalados,
la prensa española informaba con profusión de un informe anual del BBVA
presentado ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos, en el que
advertía sobre los riesgos de la situación económica venezolana. Meses después
era esa comisión estadounidense la que demostraba su falta de control de la situación
económica de su país, mientras que el gobierno venezolano concedía 236,7
millones de dólares para 1.547 proyectos socioproductivos comunitarios. Han
pasado más de cuatro años y la situación económica que ha colapsado ha sido la
del país del banco que hacía ese informe y de los medios que tan diligentemente
lo difundían.
En cuanto a Venezuela, es hoy
el segundo país latinoamericano en recibir jóvenes españoles que encuentran
allí trabajo y su gobierno entregó el pasado año 146.022 viviendas a los sectores
más humildes. Trabajo y vivienda, dos de los principales problemas que las
encuestas señalan como prioritarios para los españoles, resulta que se están
afrontando mejor en el país que nuestra banca -tan necesitada de rescate- decía
que presentaba riesgos en su situación económica.
La crisis económica, del mismo
modo que ha mostrado la falsedad del discurso de nuestra boyante economía, ha
permitido correr el velo de gran parte de las mentiras en torno a Venezuela y
el gobierno de Hugo Chávez. Por eso ahora resulta que mientras nos anunciaban
exiliados venezolanos que decían que huían a Miami, nuestros jóvenes deben
buscar empleo en Venezuela.
Y es que revolución bolivariana
ha sido el proceso político del que más se ha (des)informado de forma diametralmente
opuesta a lo que estaba sucediendo. Si el público español hubiera tomado nota
sistemáticamente de forma contraria a lo que le decían los medios de
comunicación, hubiera tenido una idea más acertada de la realidad que
creyéndoles.
Ya casi nadie lo recordará,
pero el 31 de mayo la práctica totalidad de la prensa internacional anunciaba
que a Hugo Chávez le quedaban dos meses de vida según “una fuente altamente
respetada y cercana a Chávez, que conoce su estado y su historial médico”. La
presidencia de Chávez ha estado jalonada de constantes embestidas mediáticas
que han resonado en todo el mundo -y mucho más en España- en torno a auténticos
montajes informativos, manipulaciones o irrelevancias.
Durante todo el año previo al
referéndum de la reforma constitucional se estuvo diciendo que se postulaba
como presidente vitalicio cuando sólo pretendía poder presentarse a la
reelección, del mismo modo que lo puede hacer el presidente español. Publicaron
que desde su antiamericanismo había prohibido la Coca-Cola cuando las
autoridades sanitarias venezolanas lo que no autorizaron fue el edulcorante que
se utilizaba en la modalidad Zero, también prohibido en Estados Unidos y
Canadá. Nos contaban que prohibía los Simpson, cuando el organismo regulador lo
que sencillamente planteó fue el cambio de horario en una televisión privada.
La ciudadanía española está convencida de que Chávez ha expropiado de forma
autoritaria las empresas pero lo único que sucedía es que su administración se
dedicaba a comprar acciones en Bolsa, como cualquier capitalista, en sectores
estratégicos de telefonía, eléctricas y banca para tener un Estado fuerte, tal
y como había en España antes de las privatizaciones de Felipe González y José
María Aznar. El presidente venezolano expuso en la ONU durante veinte minutos
una propuesta de reforma para hacerla más democrática y cambiar su sede, y sólo
nos enteramos de que empezó su intervención diciendo “huele a azufre”. Le vimos
en televisión cantar una ranchera pero no cómo informaba en ese mismo acto de
la inauguración de cientos de consultorios médicos.
El gobierno de Chávez ha
demostrado, como pocos fenómenos internacionales, el deterioro y el patetismo
al que pueden llegar los medios de comunicación. Y lo que es peor, el abandono
que sufren los ciudadanos por parte de empresas informativas y poderes públicos
que impiden su derecho a recibir información veraz.
Por ello, la mayoría de los
españoles se asombran de sus victorias electorales y de la probable de este 7
de octubre. Porque son muchos los intereses económicos que se dan cita en
nuestros medios para que no comprendamos lo que sucede ni en Venezuela ni en el
mundo.
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