En lo que fue el último contacto previo a las elecciones en Venezuela que se celebrarán el próximo domingo, el sociólogo norteamericano James Petras (*) desgranó este lunes 1 de octubre para la audiencia de Radio Centenario, en forma profunda y extensa la coyuntura social y política que atraviesa el pueblo bolivariano. “La tarea de Chávez a corto plazo es ganar estas elecciones” y luego “hacer una rectificación en la oficialidad, cambiar las prácticas clientelistas que vienen de muchos políticos que se han enganchado al vagón de Chávez” de cara a las elecciones parlamentarias de diciembre, subrayó Petras. En otro orden, se refirió a la crisis en España, que -dijo- es sistémica y tan profunda que “el Estado Español está en desintegración”. A continuación CX36 transcribe íntegramente el análisis de su columnista.
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Efraín Chury Iribarne (EChI): Le damos la bienvenida a James
Petras (JP). Buen día ¿cómo está?
James Petras: Muy bien, aquí
estamos disfrutando del otoño, con grandes expectativas sobre las elecciones
del próximo domingo en Venezuela, que aparecen como las elecciones más
importantes de la historia reciente no sólo de América Latina, sino de todas
las Américas.
EChI: Si le parece entonces, escuchamos su análisis sobre este
tema.
JP: Si, creo que es importante hablar de muchas cosas más allá de
lo que está pasando en la campaña electoral y en las encuestas, para poder
definir cuáles son los puntos clave en este proceso político.
En primer término debemos
anotar el legado histórico, y eso es muy favorable al presidente Hugo Chávez,
porque en lo años ’90 -antes de Chávez- Venezuela vivía una época de
corrupción, de masacres, de caída del standards de vida, con un empobrecimiento
impresionante, con niveles de inflación exorbitante, con mucha corrupción que
alcanzaba hasta al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, quien estaba
involucrado en una estafa multimillonaria.
Esto pesa mucho sobre la
generación que actualmente tiene más de 35 años, particularmente de las clases
populares, que recuerdan la época negra, donde el sufrimiento era generalizado,
desempleo alcanzaba al 30% y la vida era muy dura sin apoyo estatal.
Ahora, eso es parte de lo que
va a influir sobre el voto, independientemente de lo que está pasando ahora o
mejor dicho, en relación con lo que está pasando ahora.
El segundo hecho importante es
el golpe de Estado de 2002 que fracasó. Es importante por dos razones: en ese
golpe de Estado estuvo involucrado en candidato Henrique Capriles Radonski, él
encabezó la mafia, la banda que atacó la Embajada cubana y que trató de hacer
daños físicos, actuó como un matón y no como el roquero que tratan de presentar
hoy. Además, apoyó en el lockout de los gerentes petroleros en 2003. Y esto
también pesa porque la imagen que ahora está proyectando Capriles, como un
demócrata, un socialdemócrata, un personaje en la línea de Lula; que es todo un
maquillaje porque tiene antecedentes violentos, golpistas, vinculado siempre a
los sectores de ultra derecha y eso también queda en la memoria histórica.
Estos son dos puntos en contra
de Capriles.
Ahora, lo que tiene a su
favor, es lo que existe en la institucionalidad a nivel privado y público. Es
cierto que Chávez está bien ubicado en el sector público, pero en el sector
privado, por ejemplo en el sector financiero el 80% de los bancos están en
manos privadas; la gran mayoría de los servicios privados están en manos de la
derecha; un gran sector de latifundistas y dueños de plantaciones están todavía
con la derecha y todavía el sector manufacturero sigue estando en manos
privadas. Es decir, la burguesía en general no ha sido tocada, e incluso ha
tenido cierta prosperidad por el empuje económico que la economía tiene con las
políticas del presidente Chávez.
La derecha tiene una fuerza
institucional que le permite colaborar con el imperialismo y financiar la
campaña política de la derecha.
Chávez tiene a su favor la
reforma agraria, lo que le da el respaldo de un gran sector campesino, los
pequeños agricultores, los obreros, los sindicatos, las comunas, y un sector de
la burguesía, contratistas, que han trabajado junto al gobierno; y más que
nada, el control sobre la mayoría de la industria petrolera, a pesar de que hay
sectores extranjeros involucrados allá, empresas noruegas y norteamericanas que
siguen funcionando con contratos de servicio.
Es un factor importante decir
que la derecha tiene una fuente financiera, una influencia económica y a partir
de eso, está influyendo en un sector de la pequeña industria y comercio,
minoristas y mayoristas.
El tercer punto importante, es
la movilización social. La capacidad de convocatoria de la derecha no es
pequeña, tiene capacidad de mover a cientos de miles el domingo en Caracas y
otras ciudades, porque tiene una clase media que ha avanzado socialmente pero
con miras hacia arriba y no hacia abajo. Es decir, la clase media emergente,
que ha mejorado su estándar d de vida, ahora quiere ubicarse más cerca de la
élite que los de abajo. Y es un sector arribista, que busca no la solidaridad,
sino el consumo, el consumismo, el libre mercado, vinculado más que nada a la
clase media profesional que está en contra del sector público y defiende la
salud privada, la educación privada; etc. Frente a eso, Chávez retiene una
enorme base popular en los barrios, sigue teniendo una enorme fuerza en las
grandes concentraciones urbanas y tiene sectores públicos que sienten miedo de
que si vuelven a elegir a un candidato de la derecha va a aplicar recortes
públicos, privatizaciones, etc. que van a implicar despidos de muchos
funcionarios públicos. Por tanto, hay una división entre la clase media arribista
y los funcionarios públicos que han sido contratados en los últimos años.
De todos modos, lo que hay que
anotar en esta elección es la polarización social. Cada vez que hay una
elección polarizada de clases, obviamente las clases populares están en mayoría,
con mayor abundancia, por lo que la táctica de Capriles es por una parte,
dirigir su discurso para animar a la derecha, a las clases altas; y por otro,
una imagen dirigida a la población, diciendo que él está a favor de todas las
reformas sociales de Chávez, pero que él puede implementarlos con mayor
eficiencia y menos corrupción.
Asimismo, para analizar esta
elección debemos tomar en cuenta también el ambiente internacional, que es
sumamente favorable a Chávez.
En este sentido, el alto
precio del petróleo, el funcionamiento de la OPEP, los acuerdos con Rusia y
China, los ingresos por petróleo; permiten al gobierno financiar muchos
proyectos con alto impacto social. Eso es favorable.
En segundo lugar, los Estados Unidos han sufrido muchos golpes debido a su política guerrerista y no tiene mucha presencia en América Latina, han perdido terreno especialmente con los gobiernos de centro izquierda que tratan de mantener una independencia y por lo menos, antigolpistas, en el sentido tradicional de Estados Unidos.
En segundo lugar, los Estados Unidos han sufrido muchos golpes debido a su política guerrerista y no tiene mucha presencia en América Latina, han perdido terreno especialmente con los gobiernos de centro izquierda que tratan de mantener una independencia y por lo menos, antigolpistas, en el sentido tradicional de Estados Unidos.
A nivel nacional Capriles no
puede competir con Chávez por popularidad. La correlación de fuerzas a nivel
internacional es favorable a Chávez, lo mismo a nivel regional –en relación al
Caribe, los programas de ayuda con Centroamérica y América Latina-; pero donde
Chávez es vulnerable, es a nivel local, donde muchos oficiales chavistas no han
funcionado bien, hay una brecha entre los compromisos sociales declarados por
Chávez y la incompetencia de muchos oficiales para implementarlos con
eficiencia y honestidad. Y este es el punto débil, sobre el que los Estados
Unidos y el imperialismo han recomendado a Capriles que se enfoque. Sobre los
problemas de apagones, falta de agua, falta de seguridad, etc. en los barrios.
Porque Capriles no puede ganar
sólo con los votos de la clase media y la clase alta, necesita los votos de las
clases populares y está jugando la carta del reformismo en este sentido. La
batalla para Chávez es mantener la lealtad de las clases populares en función
de una lucha de clase fuerte: diciendo que si no vuelve a ser reelecto,
Capriles va a revertir todos los programas sociales, se va a desenmascarara y
se va a presentar como un neoliberal al estilo de Carlos Andrés Pérez, Caldera.
O sea que Venezuela va a volver a vivir en la época negra del pasado. Y eso es
una debilidad para Capriles porque está asociado a la derecha dura, a la época
de corrupción, de escándalos y de miseria.
Entonces, todo depende de
parte de la memoria histórica, del golpismo, también de las reformas
impactantes como las Misiones, etc. que podrían ser bien importantes.
Finalmente en este juego, lo
que tiene fuerte Capriles es el respaldo incondicional de Barack Obama y la
Casa Blanca que lo están asesorando sobre cómo presentarse. Primero le dijeron
que se presente no como derechista, sino como populista, como reformista,
diciendo que Lula es su modelo no los golpistas de 2002 o los gerentes que
paralizaron la economía en 2003, ni la derecha que quiere volver a la época de
oro para ellos que fueron los ’90, las privatizaciones, etc.. No. Capriles
debía presentarse como un reformista, buen muchacho, reformista hiper
energético, que quiere un cambio moderado. Y Estados Unidos cree que si pierde
Capriles por un margen significativo, no van a denunciar fraude, lo que van a
hacer es consolidar el 45% que consiguen y apuntar así a las elecciones
parlamentarias que se realizarán en diciembre, para ganar mayorías en el
Congreso y neutralizar la Presidencia de Chávez.
Hugo Chávez va a ganar las
elecciones este domingo 7 de octubre, pero con un margen menor del que querían
o pronosticaron. No creo que alcancen el 60% ni los diez millones de votos. Van
a conseguir menos votos, van a ganar creo, con un margen de entre el 8 y el 10%
de diferencia, respetable, una victoria contundente en cualquier otro país. Con
eso van a tener la iniciativa para continuar extendiendo la política social y
económica y la solidaridad con América Latina.
Pero si pierde Chávez, va a
ser una tremenda derrota para todos los países que reciben su solidaridad y
ayuda, como Cuba, Nicaragua, Bolivia, y otros países.
Entonces la victoria de Chávez
es no sólo una derrota a la derecha venezolana, sino a la derecha del
continente. Pero si hay un Congreso controlado por la derecha, si hay una
división, van a tratar de neutralizar y obstaculizar la realización de este
programa.
Creo que la tarea de Chávez a
corto plazo es ganar estas elecciones y más allá, hacer una rectificación en la
oficialidad, cambiar las prácticas clientelistas que vienen de muchos políticos
que se han enganchado al vagón de Chávez. Hoy se hace necesario hacer una
transformación dentro del proceso de transformación mayor.
En suma, Chávez, por su
popularidad, sus hechos, las experiencias de 10 años de prosperidad y avances,
es difícil que pierda las elecciones; a pesar de que hay problemas graves en la
aplicación a nivel local. Lo segundo es que esta victoria debe ser la punta de
lanza para una rectificación en el Partido para las elecciones parlamentarias
de diciembre, a las que apuntan los Estados Unidos.
EChI: ¿Cómo analizas la situación en España?
JP: A la situación económica se suman otros factores, como el voto
en el País Vasco donde los independentistas están empatados con los
nacionalistas conservadores. Si gana la izquierda independentista va a crear
otro problema para el gobierno central de la derecha. También en Cataluña hay
problemas.
Entonces, hay una doble
presión entre los independentistas y la crisis social y económica que es cada
vez más profunda. Hay problemas de todos niveles. El Estado Español está en
desintegración.
Las regiones donde gobierna la
derecha –Valencia, Murcia, Madrid, etc.- no tienen solución tampoco, entonces
tenemos una crisis de niveles sistémicos que ahora no tienen ninguna solución.
Están en un callejón sin salida. El gobierno exige más sacrificios a pesar de
que ya están cortando huesos, no hay nada de grasa ni carne. Hay un límite.
Ahora han hecho un cerco alredor del Parlamento, pero la cosa es cada vez más
severa, ¿hasta cuándo puede actuar una institucionalidad que no funciona?
El llamado a un referéndum es
un paso significativo porque ya el pueblo no confía ni en los socialistas ni en
la derecha en el gobierno. En ese sentido podríamos ver hasta qué punto la institucionalidad
va a quebrar de una forma u otra.
La demanda ahora es que
renuncie Rajoy y su gobierno, han perdido el apoyo de la pequeña burguesía que
era su mayor respaldo, el pequeño y mediano comerciante, hay bancarrota
generalizada, empleados públicos, etc.; todo lo que era la base masiva de la
derecha ha desaparecido. Están flotando en el aire, dependiendo cada vez más
del ejército, de la Guardia Nacional, no pueden gobernar así.
EChI: En Afganistán no dan tregua a las fuerzas imperialistas, en
estos días han atacado una base de la OTAN y un contingente norteamericano.
¿Las fuerzas de ocupación se niegan a reconocer que es una guerra perdida?
JP: Hay una doble guerra ahora. Es la fuerza del ejército
norteamericano y sus cipayos contra la resistencia nacional y musulmana; y la
otra es la guerra interna dentro de las fuerzas de ocupación. Ahora grandes
sectores del ejército afgano están en contra, en rebelión, hemos leído una
entrevista con un general norteamericano que se siente loco, porque dice que
han hecho todo lo posible sacrificándose por ese país y ese pueblo y hoy “están
apuntando los fusiles a nuestras espaldas”. Está histérico el tipo, porque se
pregunta por qué deben morir allá “cuando quieren matarnos los mismos soldados
que estamos entrenando”. Esta histeria, esta frustración, esta bronca, es una
indicación de que la guerra está perdida y no se pueden retirar suficientemente
rápido para salvar sus propias tropas. Eso es el anticlimax de una aventura
fracasada y ahora el mismo general está condenando a sus propios cipayos,
porque los cipayos dejan de serlo para ser parte de la resistencia.
Al final Estados Unidos tiene que acelerar su salida antes de una rebelión generalizada, entre el ejército afgano y las fuerzas de ocupación de la OTAN.
Al final Estados Unidos tiene que acelerar su salida antes de una rebelión generalizada, entre el ejército afgano y las fuerzas de ocupación de la OTAN.
EChI: Se acaba de conocer el fallecimiento de Eric Hobsbawm, historiador británico de
95 años, al que trataron de cerrarle muchas puertas.
JP: Si. Hobsbawm fue un brillante historiador del capitalismo
europeo, particularmente de Inglaterra y sobre todo, destaco los tomos que
escribió sobre la Revolución Industrial, el siglo XIX hasta la Primer Guerra
Mundial.
Ahora, sus juicios políticos
no siempre eran ajustados. Era un defensor del Frente Popular contra la
Revolución en España, en la Guerra Civil; apoyó a la URSS sin criticar durante
muchos años; y termina apoyando al Partido Laborista y los liberales en su
última fase.
Por tanto, debemos reconocerlo
como una de las grandes figuras intelectuales, historiador, un hombre político
contra el fascismo y contra la derecha por muchos años; pero al final de
cuentas en sus últimos años, su juicio político sobre lo que hay que hacer
actualmente estaba muy equivocado.
EChI: Bien Petras, en nombre nuestro y de la audiencia te
agradecemos muchísimo todos los aportes que has realizado.
JP: Bueno, el próximo contacto será el lunes 8, un día después de
las elecciones en Venezuela, tan decisivas, que vamos a preparar un comentario
especial sobre eso.
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