Patricia Janiot, reina de belleza |
Yo soy
Chávez, Patricia Janiot (CNN)
Por Juan Carlos Camaño (*)
El 10 de
enero último, el comandante Hugo Chávez Frías, presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, después de arrasar en las dos recientes elecciones
nacionales, continúo al frente del país como primer mandatario elegido por su
pueblo, por más que la jauría mediática internacional, opuesta al Socialismo
del siglo XXI, no haya dejado de atacar y de mentir ni un instante. Ni haya
dejado de relamerse, como hoy mismo, en el deseo de verlo muerto al
comandante-presidente.
La cara de la Janiot, estrella de la CNN, lo ha
dicho todo en estos días: al preguntar, machacona, acerca de los puntos y las
comas de la Constitución Bolivariana; en sistemáticas afirmaciones respecto de
la “incertidumbre del pueblo”; en las aseveraciones hechas alrededor de lo “escueto”
“y poco claro”de los partes médicos, llegados de La Habana.
Se puede suponer, sin riesgo al error, que a la
Janiot, Patricia, le duele, le molesta, además, que sea en La Habana, Cuba,
cuna de la Revolución Socialista en América Latina y el Caribe –liderada por
Fidel- el lugar en el que Chávez atiende su salud. ¿Pasará por la cabeza de
Patricia aquello de “perros comunistas”? ¿Sí? ¿Tanta ignorancia, todavía?
Patricia Janiot hoy, reportera de CNN |
¿Puede una “periodista independiente”, “objetiva”,
“equilibrada”, desencajarse tanto? Sí, claro que sí. Hay que verle la sonrisa a
la Janiot, que no es la de Julia Roberts, aunque ciertas veces sus amigas y
amigos se atrevieron a tanto en sus comentarios lisonjeros.
Se trata de una sonrisa que sabe a hiel.
¿Coincidimos? Patricia no tolera a Chávez, quien siempre ha sido suave y muy
respetuoso con ella, nunca cínico, nunca pusilánime, nunca un chupa-medias de
los dueños de la “independencia y la“objetividad” de la Janiot. Tremenda
tensión parece vivir Patricia y es casi seguro que nadie desearía hoy estar en
sus zapatos, menos en su sonrisa.
Y cuando el pueblo venezolano y las autoridades de
gobierno se convierten en una única voluntad: por Chávez, por la Revolución y
en el canto que vuelve una y otra vez a recordar que la espada de Bolivar
camina por América Latina, la Janiot –suponemos, la sospechamos- recopila
informes y más informes de la CIA, disimulados en biografías no autorizadas de
los líderes de la Revolución Bolivariana. Recopila detalles –“primicias”- sobre
las mil y una muertes de Chávez. ¿Está desesperada, Patricia? ¿Nadie le dijo
que la Revolución Bolivariana será con Chávez a la cabeza en cualquier
circunstancia?
Hay que informarse más, Patricia.
Su sonrisa, convengamos, es de utilería. Podría
afirmarse que en nada se parece a la de las horas felices: descuartizamiento de
Yugoslavia, invasión a Irak, golpes en Honduras y Paraguay, centros de torturas
en Europa, saqueos en Libia, en Siria; matanzas en Palestina, explotación
humana, hasta lo inhumano, en África. Todo explicado por expertos en
entrevistas en las que en idioma neutro se repasa el estado de la carnicería
planetaria planificada muy cerca del domicilio particular de Patricia: más acá
o más allá de la distancia que haya entre la casa de la Janiot y el Pentágono.
Millones y millones, en Venezuela y en el mundo, son Chávez |
“Yo soy Chávez”. Millones y millones, en Venezuela
y en el mundo, son Chávez. Así es la historia, Patricia. No siempre se la puede
torcer a misilazos, ni con esa sonrisa amarrada a la nuca.
(*) Presidente de la Federación Latinoamericana de
Periodistas (FELAP).
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