El General golpista Romeo Vázquez, ahora candidato presidencial |
Por Roberto Quesada
Publicado en Rebelión
“Nadie se nos montará encima si no
doblamos la espalda.”
Martin Luther King
Es común
escuchar en los corrillos políticos de que los escándalos en Honduras duran
tres días y nadie rinde cuentas: la ley existe para proteger a los criminales
de traje y para hundir al delincuente común, que por hambre se robó un pan o
contra aquel ciudadano que señala a las maras en el poder. Ahora ya no solo lo
meten preso sino que puede ser presa de los balazos como el abogado Antonio
Trejo, quien fue asesinado en el marco de la lucha contra las Ciudades Modelos,
que pretenden vender partes de Honduras a otros países para que instalen
sucursales de sus países: minipaíses con sus propias leyes, su estilo cultural
y teniendo al pueblo hondureño como la servidumbre.
Es probable que
basados en que el hondureño carece de memoria, olvida con una velocidad
espantosa y es devoto de lo que se conoce como el ‘valeverguismo’: Te van a
vender el país (me vale v…); van incorporarse a Petrocaribe para financiar
campaña política (a mi me vale v…); Te van a dejar sin ríos se los están
vendiendo a compañías extranjeras (a mi me vale v…); Te estás quedando sin
carreteras las están vendiendo a extranjeros (a mi me vale v…); Ya la playa no
es tuya y no dan permiso para entrar a los nacidos aquí (a mi me vale v…); No
le pagan al magisterio y lo reprimen y eso atenta contra la educación de tus
hijos (a mi me vale v…). Es posible que llegue el día en que se les diga: No tenés
trabajo, no tenés que comer y tu hijo se murió por falta de una medicina
barata… Quizá entonces el hondureño/a diga: “Nunca debió valerme v… lo que
hacían en contra del que era mi país.” (Tal vez para entonces la reflexión haya
llegado demasiado tarde).
Esa teoría del
‘valeverguismo” no es mía sino del dramaturgo amigo, Dr. Rafael Murillo Selva,
quien hace años, en Café Paradiso, con risa de asombro, al finalizar se
preguntaba y nos preguntaba: “¿En qué vamos a quedar si este país sus hijos
(hijas) no lo quieren…? A todo mundo aquí le vale verga”. Pues parece que hemos
llegado a esa línea divisoria que profetizaba Murillo Selva, es el momento de
saber si queremos o no nuestra patria llamada Honduras: rescatarla o dejar que
la comercien unos cuantos aventureros de la delincuencia y nuestro pueblo
triplique la miseria ya existente.
Es probable que
basados en ese posible “olvido” y “valeverguismo” del pueblo hondureño, existan
individuos que con el mayor cinismo se lanzan a buscar la presidencia del país presentándose
como los angelitos guardianes del indefenso pueblo. Este es el caso de estos
dos militares: El primero, Romeo Vásquez Velásquez, quien cree que ya se olvidó
al pueblo que él fue el cabecilla militar del golpe de Estado del 28 de junio
del 2009 y que tiene, hasta la fecha de hoy, sumida a Honduras en el caos
(entre ellos cantidad de compatriotas asesinados por sus ideales); cree que ya
se olvidó que él se burló de la tortura que el 3 de octubre del 2009 hicieran
contra el presidente Zelaya mientras se encontraba cautivo en la embajada de
Brasil, dijo entonces Romeo a Radio Globo, con toda la burla y el cinismo:
“¿Cuál tortura? Es que estábamos celebrando el día del soldado”; ya se le
olvidó que iba a comer a la casa de los Zelaya-Castro y les llamaba compadre y
comadre y después les traicionó; ya se le olvidó al pueblo que a él se le
entregaron millones de lempiras del pueblo hondureño y los despareció.
Seguramente cree que a todos y todas ya se nos olvidó su pasado, documentado en
los periódicos de la época, de pertenecer a una banda de roba carros. E incluso
ha de creer que ya se le olvidó al pueblo que llevó a la quiebra a Hondutel. En
sus sueños de grandeza piensa que saldrán las multitudes a votar por él para
que termine de quebrarles el país.
No niego que
Romeo Vásquez Velásquez como ciudadano tenga derecho a aspirar la presidencia
del país, pero después de someterse a un tribunal serio, real, que no contemple
la impunidad, pague sus años de prisión por el tremendo daño que le ha hecho a
Honduras, y solo entonces podría perfilarse como candidato.
El otro
militar, egresado del Liceo Militar del Norte, ubicado en San Pedro Sula, Juan
Orlando Hernández, basa sus hechos –comenzado por su corte de cabello
militar—en la “disciplina” de las barracas, y es así como no le importa pasar
por encima de quien sea, incluyendo sus propios correligionarios como RicAlva
(Ricardo Alvarez), que entre él y Porfirio Lobo lo convirtieron en manso
corderito que ahora le toca estar de arrimado a ellos, a obedecer sin discusión
lo que ellos le ordenen o le dejan del todo fuera de la repartición del botín
del siguiente asalto.
Juan Orlando
(de La Tortilla) Hernández, al igual que Romeo Vásquez Velásquez, creen que el
pueblo hondureño es extremadamente tondo (¿o tendrán la razón y el equivocado
es uno), y por ello sale con tonterías propias para que se las celebren los
tontos/as: “Yo sigo siendo el mismo indito de Lempira”. Era, fue, ahora es el
“indito del dólar” sino pregúntenle cual es la prisa por vender la patria a
través de las Ciudades Modelos. Pregúntenle por qué él y Pepe Lobo mandaron a
Arturo Corrales a hacer lobby extremo para que los incorporen (a ellos, no al
país) a Petrocaribe (dólares, dólares, dólares para campaña y hambre para el
pueblo).
Ahora dice: “Yo
soy del centro”. Claro, revise el mapa de Honduras y verá que Yoro está en el
centro, y de allí es el dictadorzuelo Micheletti, por eso Juan Orlando lo
respaldó en lo del golpe. Sin duda que es del centro: seguidor de Micheletti.
No es de
extrañar que esta avalancha que están haciendo contra el pueblo hondureño, sea
parte del experimento como lo fue el golpe de Estado, con asesoría exterior,
para ver como reacciona el pueblo ante la venta de su soberanía, que se pagará
la matricula, despido del magisterio, anuncios de Petrocaribe como salvación,
exoneraciones, pleitos de compadre hablado entre Pepe Lobo y Juan Orlando
contra Maurico Villeda-Micheletti… Todo una caravana de situaciones que
mantienen el pueblo en vilo, y la criminalidad de arriba y de abajo a sus
anchas, es como para que se pierda toda esperanza. Y con todo esto el principal
olvido que buscan es que el pueblo hondureño olvide el reciente descomunal
fraude en las elecciones internas.
Esa es la
antesala que espera para este noviembre 24 del 2013, gigantesco fraude, avalado
por las reacciones del pueblo mexicano ante el fraude y del paraguayo ante el
golpe de Estado sin balazos. Manifestaciones unos cuantos días, el cansancio,
desinterés, y después todo pasó como si no pasara nada y el neoliberalismo con
luz verde para seguir asfixiando a nuestros pueblos.
Escuchaba al
candidato independiente Salvador Nasralla, en el noticiero Mi Nación con el
periodista Julio Ernesto Alvarado y Peralta, que él se inclinaba por el voto
electrónico para evitar el fraude, coincidiendo con la candidata Xiomara Castro
de Zelaya, del Partido Libertad y Refundación (libre), quien en la
juramentación de su equipo de trabajo el pasado sábado, en concentración masiva
del pueblo hondureño, abogó también por el voto electrónico.
Está bien pero
no basta, no deben de olvidar que los maestros de la maldad, la avaricia y el
fraude, ya han de tener listos sus expertos en alterar también la votación
electrónica.
Estos dos
militares “piensan” como el oligarca argentino, dueño del conocido periódico La
Razón, Bartolomé Mitre, de tan antidemocráticos que ni cuenta se dan cuando
caen en el ridículo, citado por el Dr. Carlos Sosa Cuello y el periodista
Marvin Ortiz, en su programa de los sábados por Radio Globo: “Vivimos la dictadura
de los votos, que es la peor de todas.”
Quizá el
comienzo del pueblo hondureño para recuperar su país sea curarse del olvido y
olvidarse del “valeverguismo”.
Nueva York 21
enero 2013. Día del gran líder mundial Martin Luther King.
robertoquesada@hotmail.com
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