El historiador José Luis
Mendéz Méndez y los diplomáticos cubanos asesinados en Argentina; Jesús Cejas - cuyos restos han sido entregados a Cuba hace unos días - y Crescencio Galañena |
JEAN-GUY ALLARD – Dos sicarios de la CIA que
participaron, en Argentina, en sesiones de tortura de los diplomáticos cubanos
Jesús Cejas - cuyos restos han sido entregados a Cuba hace unos días - y
Crescencio Galañena, viven tranquilamente desde años en Estados Unidos
bajo la protección absoluta de las autoridades de este país.
Michael
Townley, un norteamericano asesino que fue prestado a la CIA por la DINA - la
Gestapo del dictador chileno Augusto Pinochet - y Guillermo Novo Sampol, un
viejo cómplice cubanoamericano del agente CIA Luis Posada Carriles, reciben una
protección integral a la vez del FBI, con el cual siempre colaboraron, de la
CIA que sirvieron de ejecutantes de tareas sucias, y del Departamento de Estado
que pretende ignorar su presencia en territorio norteamericano.
Es hoy
documentado que Townley y Novo partiiparon activamente a las sesiones de
tortura de dos diplomáticos cubanos Jesús Cejas Arias, yCrescencio Galañena
Hernández, desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983).
El hallazgo de
los restos de los dos diplomáticos ocurrió en la localidad de Virreyes, en el
partido de San Fernando, a 28 kilómetros de Buenos Aires, una zona donde se
realizan excavaciones en busca de víctimas de aquel periodo de la historia
argentina. Cejas y Galañena fueron secuestrados el 9 de agosto de 1976 en el
barrio porteño de Belgrano.
INTRODUCIDOS EN
TANQUES Y LANZADOS AL CANAL
José Luis
Mendéz Mendéz, eminente historiador e investigador cubano ha observado desde
años la búsqueda de los restos de quienes son considerados mártires por la
Revolución cubana.
Desde Buenos
Aires, donde se encuentra, nos cuenta: “Desde el 2004 seguíamos una pista de
que los compañeros habían sido introducidos en tanques de 55 galones y tirados
en el canal de San Fernando en la provincia de Buenos Aires”.
“Se sabía que
era un método que utilizaban los represores del centro clandestino de la
Operación Cóndor, llamado Automotores Orletti, para desaparecer sus víctimas.”
Y fue
precisamente en un predio frente al aeropuerto de San Fernando donde la
investigación de Méndez apuntaba como la pista certera, que aparecieron los
restos de estas dos víctimas de la complicidad del Plan Condor y de la CIA
norteamericana.
El Dictador y su Patrón, Henry Kisinger y los asesinos Michael Townley y Guillermo Novo (enmarcados). |
En su
minucioso y arduo trabajo, Méndez fue hasta entrevistar a Manuel Contreras
Sepúlveda, quien fuera jefe de la Dirección de Información Nacional de Chile
(DINA), el 19 de julio de 2004.
”Contreras
me reveló que viajaron a Argentina, el 11 de agosto de 1976, su agente el
norteamericano Michael Townley y el terrorista internacional refugiado en Miami
Guillermo Novo Sampol para interrogar y torturar a los diplomáticos cubanos”
Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández.
“Novo Sampol y
Townley como Luis Posada Carriles están impunes de decenas de crímenes gracias
a la complicidad de administraciones sucesivas en Estados Unidos por más de
medio siglo”, subraya el historiador, autor de varios libros sobre el terrorismo
contra Cuba..
El 12 de junio
de 2012 fueron encontrados los restos de Galañena y el 18 de abril de este año
los de Cejas, apenas 50 metros de distancia entre uno y otro.
Junto a
Galañena Hernández se encontraron los cadáveres de los argentinos María Rosa
Clementi de Cancere, empleada de la Embajada de Cuba, y Ricardo Manuel
González, también secuestrados durante el mes de agosto de 1976 y hasta ese
momento desaparecidos.
Los trabajos se
han realizado en el marco de la “megacausa” que juzga los delitos de lesa
humanidad cometidos en la órbita del Primer Cuerpo de Ejército argentino,
reabierta tras la derogación y declaración de “nulidad insalvable” de las leyes
de Obediencia Debida y Punto Final.
TOWNLEY LO
CONFESÓ TODO EN LA TV CHILENA
Entre otros
crímenes, Michael Townley y Guillermo Novo, participaron al asesinato del ex
canciller chileno Letelier, ejecutado el 21 de septiembre de 1976 en el barrio
diplomático de Washington, con su colaboradora Ronni Moffit.
El 18 de agosto
de 1993, Townley contó, en una entrevista con el periodista Marcelo Araya de la
televisión chilena, como asesinó varias personas designadas por la policía
secreta del régimen militar. Como colaborador de los servicios de inteligencia
de Pinochet, el norteamericano experimentó el gas sarín y otras sustancias
químicas que se inoculaban a presos de la dictadura.
Novo Sampol es
este mismo individuo que fue condenado por terrorismo con Luis Posada Carriles
en Panamá en el 2000 y que fue liberado por un indulto traficado por la mafia
cubanoamericana y la embajada de EEUU.
WASHINGTON
PERSIGUE A SUS AGENTES QUE HABLAN PERO PROTEGE A LOS QUE ASESINAN
Cuba rende
tributo en estos días a Jesús Cejas, asesinado con apenas 22
años, cuyos restos fueron entregados a las autoridades de la Isla y
trasladados a su región natal.
Mientras tanto,
en el país que fabrica una llamada “lista de países patrocinadores del
terrorismo” donde no aparece, viven bajo protección del Estado, Michael Townley
y Guillermo Novo.
Mientras el
primero vive escondido, el secundo sigue alardeándose de sus crímenes, todos
cometidos conforme a los planes más ocultos de la Agencia Central de
Inteligencia.
Cuando persigue
en cualquier rincón del mundo sus agentes que lo traicionan, el Gobierno
norteamericano da cobertura, en su propio territorio y afuera, a los elementos
más violentos de sus servicios secretos, veteranos de una guerra sucia que no
se ha interrumpida nunca. Individuos sin escrúpulos que han vivido décadas
consagrándose a violar los derechos humanos y, a menudo, preparando a los
demás, en tierra extranjera, a cumplir atrocidades.
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