jueves, 28 de marzo de 2013

El presidente Chávez, un hombre renacentista del siglo XXI




 
 
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
 
El presidente Hugo Chávez fue un hombre único en múltiples áreas de la vida política, social y económica, que realizó importantes contribuciones al avance de la humanidad. La profundidad, el alcance y la popularidad de sus logros le distinguen como el "presidente renacentista del siglo XXI".
 
Muchos autores han señalado una u otra de sus contribuciones históricas, destacando las leyes para combatir la pobreza, la capacidad para ganar elecciones populares con rotundas mayorías y su defensa de la educación y la sanidad públicas gratuitas y universales para todos los venezolanos. 
En este artículo, destacaremos las singulares contribuciones históricas que el presidente Chávez realizó en el ámbito de la economía política, la ética y el derecho internacional y en la redefinición de las relaciones entre los líderes políticos y los ciudadanos. Comenzaremos con su contribución perdurable al desarrollo de la cultura cívica en Venezuela y otros países.
Hugo Chávez, el gran maestro de los valores cívicos
 
Desde sus primeros días en el cargo, Chávez emprendió un cambio constitucional que facilitara la rendición de cuentas de los dirigentes y las instituciones políticas ante los ciudadanos. A través de sus discursos, informó clara y meticulosamente al electorado de las medidas y las leyes que servirían para mejorar su modo de vida y le invitó a expresar comentarios y críticas. Su estilo era la creación de un diálogo constante, especialmente con los pobres, los desempleados y los trabajadores. Tuvo tanto éxito en sus enseñanzas de las responsabilidades cívicas al electorado venezolano que millones de habitantes de los barrios pobres de Caracas se levantaron espontáneamente para oponerse a la junta militar-empresarial respaldada por Estados Unidos que había secuestrado al presidente y clausurado el parlamento. En 72 horas –todo un récord- los ciudadanos con conciencia cívica restauraron el orden democrático y el gobierno de la ley en Venezuela, rechazando por completo la defensa de los golpistas que realizaron los medios de comunicación y su efímero régimen autoritario. 
Chávez, como todos los grandes educadores, aprendió de esta intervención democrática de la masa ciudadana, que los defensores más efectivos de la democracia estaban entre la gente trabajadora, y que sus peores enemigos se hallaban en las élites empresariales y en los oficiales del ejército con contactos en Miami y Washington.
La pedagogía cívica de Chávez hacía hincapié en la importancia de las enseñanzas y los ejemplos históricos de los padres fundadores de la nación, como Simón Bolívar, a la hora de crear una identidad nacional y latinoamericana. Sus discursos elevaron el nivel cultural de millones de venezolanos que habían crecido en medio de la cultura servil y alienante de Washington y de las obsesiones consumistas que provocaban los grandes centros comerciales de Miami.
Chávez consiguió infundir una cultura de solidaridad y apoyo mutuo entre los explotados destacando la importancia de los vínculos "horizontales" frente a la dependencia clientelar vertical de los ricos y poderosos. Su triunfo en la creación de una conciencia colectiva afectó decisivamente al equilibrio de poder alejándolo de los gobernantes adinerados y los partidos políticos y sindicatos corruptos y orientándolo hacia los nuevos movimientos socialistas y sindicatos de clase. Lo que más provocó la cólera histérica de los venezolanos ricos y su odio imperecedero al presidente que había creado un sentido de autonomía, dignidad y "empoderamiento de clase" fue la educación política que realizó Chávez, explicando a la mayoría popular su derecho a disfrutar de una sanidad y una educación superior gratuitas, salarios dignos y pleno empleo, lo que consiguió mediante una educación pública que terminó con siglos de privilegios y omnipotencia de las élites.
 Es preciso destacar que los discursos de Chávez, con enseñanzas tanto de Bolívar como de Karl Marx, crearon un trascendente y generoso patriótico y nacional y un profundo rechazo a la élite postrada a los pies de Washington, los banqueros de Wall Street y los ejecutivos de las compañías petroleras. Los discursos antiimperialistas de Chávez tenían eco porque utilizando el lenguaje de la gente común ampliaba su conciencia nacional hasta lograr su idntificación con América latina, especialmente con la lucha cubana contra las intervenciones y las guerras imperialistas...

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