Por Guido Eguigure *
En la década de
los ochenta, en plena guerra de agresión contra Nicaragua Libre, en tiempos de
la vergüenza nacional, de la ocupación y el militarismo exacerbado, de la
entrega del territorio nacional de Honduras para convertirlo en portaviones
para la guerra contra los pueblos hermanos de Centroamérica, se lanzó una feroz
campaña de desinformación contra los pueblos en lucha por su liberación.
Recuerdo los videos publicados en los más importantes canales de televisión de
aquel entonces. Con excesivo uso de imágenes de guerra, con sirenas y
simbología que magnificaban “la amenaza comunista” exponían un mapa del Caribe
y Centroamérica, donde resaltaba cómo dicha amenaza se exportaba desde Cuba
hacia Nicaragua y de ahí hacia Centroamérica.
Dicho
“documental” se inscribió como una típica operación psicológica que buscaba
desinformar, atemorizar y volver en contra la voluntad de una gran parte del
pueblo hondureño que se manifestaba entonces contra la guerra de agresión y a
favor de la paz y la solidaridad entre los pueblos centroamericanos. Resaltaba
en ese video la “Conexión” Cuba, Nicaragua, El Salvador, Honduras, intentando
engañar a la gente con la pésima idea que las revoluciones podían “exportarse”,
cual si fueran productos enlatados. Nada más absurdo y alejado de la realidad.
Las revoluciones surgen de las condiciones reales de injusticia y pobreza que
las élites implantan para explotar a discreción a los pueblos.
Entonces era
obvia -como la historia siempre lo ha mostrado- que la solidaridad del pueblo y
gobierno cubano era un gran soporte para la nueva revolución en Nicaragua. Esta
había dado al traste con cuarenta años de dictadura somocista, cruel y brutal que
acabó con las vidas de decenas de miles de nicaragüenses. El Frente Sandinista
había capitalizado la lucha por establecer la democracia tan necesitada en ese
país y requería del apoyo externo para la reconstrucción y para llevarlo por un
nuevo rumbo de paz y justicia social. Esa solidaridad expresada por Cuba en el
envío de médicos, maestros, ingenieros, medicamentos, alimentos, maquinaria,
equipo, entre otros, eran el centro de la campaña que desvirtuaba y escondía
los logros que poco a poco pero de forma segura se iban obteniendo en los
campos de la salud, de la educación, del desarrollo.
No nos
sorprende que ahora, se intente reeditar aquella nefasta campaña sucia de
propaganda y desinformación que tiene como objetivo desprestigiar y atacar a
Cuba. Bajo argumentos que lindan con el absurdo, intentan esta vez, juntar el
aceite con el agua. Intentar comparar la situación de la libertad de expresión
de la Honduras pos golpe con la Cuba revolucionaria es el colmo del cinismo.
Veamos los hechos para desnudar semejante desvergüenza.
Un desconocido
cineasta brasileño realizó un “documental” en el que intenta establecer un
parangón entre la situación de la libertad de expresión en Honduras después del
golpe de estado y de Cuba, particularmente centrada en la afamada bloguera
cubana a quien han vuelto famosa, por convertirse en punta de lanza de la
agresión mediática contra la isla revolucionaria.
Como si fuera
posible hacerlo, el cineasta de marras, quiere comparar lo que es imposible
hacer. Imagínense que hoy día en Cuba se asesinara a mas de 20 periodistas; que
se secuestrara y torturara a otros tantos; que se cerraran medios y
secuestraran sus equipos y luego se destruyeran; que se amenazara vía
telefónica y correo electrónico a decenas de periodistas; que se despidiera a
periodistas por intentar ser objetivos en la transmisión de información; que se
impidiera asistir a actos y lugares públicos a periodistas incómodos; que se
diera protección mediante medidas cautelares de la Comisión Interamericana de
DDHH a periodistas y aún así, se les asesinara después; que se secuestrara e
intimidara a corresponsales extranjeros. ¿Qué creen que pasaría en Cuba si todo
eso ocurriera? No lo duden, ya los gringos la habrían invadido.
Todo esto ha
sucedido y sigue sucediendo no en Cuba, sino muy cerca, en Honduras. El mismo
país donde en 2009 sacaron a tiros en pijama al presidente legítimamente
electo. Donde el estado permite que se asesine a 361 privados de libertad en
una orgía diabólica sin que nadie sea culpado. Donde se asesinan a un promedio
de 20 personas al día con total impunidad; donde un político destituye a cuatro
magistrados de la Corte Suprema de Justicia y nada pasa. Esto sucede en el país
más violento del mundo con tres de las diez ciudades más violentas del orbe. Al
parecer el Cineasta brasilero pasó por Honduras y no se enteró de esta cruda
realidad. Tal es su nivel de ceguera o su nivel de cinismo. No es de extrañar
que en el fondo lo que persigue sea el dinero y la fama que seguramente no puede
obtener de otra forma decente. Sobre eso la bloguera cubana tiene mucho que
enseñarle.
Ante semejantes
abusos, arbitrariedades y crímenes contra la libertad de expresión, de la que
se ufana de ser una de sus principales defensoras en el mundo (sí, cómo no) la
famosa bloguera no dijo ni pío.
Fue la misma
Sociedad Interamericana de Prensa -la que paga hoy día a la bloguera- y todos
sus medios, quienes promovieron y patrocinaron el Golpe de Estado en Honduras.
Bajo argumentos que se caen por su propio peso, aseguraron que no había tal
golpe, que lo que ocurrió fue una “sucesión constitucional”, mentira burda que
cayó por su propio peso.
La desvergüenza
no tiene límites cuando asistimos a tal nivel de mentira como la que
recientemente protagonizó El País al publicar en primera página la foto de un
supuesto Chávez muerto en una cama de hospital. El nivel de absurdo, cinismo y
mentira llevado a su máxima expresión. Lo que queda bien claro es que para
conseguir sus intereses, los medios y quienes les sustentan, son capaces de
cualquier cosa.
La agenda de
los medios internacionales tiene sus prioridades que se deciden claramente en
pocos lugares del mundo. La mayoría de medios se dedican a repetir hasta al
cansancio en una suerte de pesadilla orwelliana los libretos que especialistas
les producen. Cuba ha estado y está en el centro de su acción. No toleran que
existan gobiernos independientes que buscan con verdadero afán el bienestar de
sus pueblos. No toleran la solidaridad, la flor mas blanca de Cuba. La ternura
expresada en una mano amiga que te salva de la enfermedad o del hambre.
En Honduras se
sigue violando a diario la Libertad de Expresión, se sigue amenazando a
periodistas y asesinándolos. Ni una palabra de la bloguera se escuchará a favor
de aquellos que cayeron defendiendo el derecho de los pueblos a la verdadera
democracia: no la vacía que busca legitimar el despojo al que son sometidos los
pueblos por intereses foráneos, sino la que se preocupa por resolver los
problemas más genuinos y respeta la voluntad popular. La que garantiza lo
elemental para tener una vida digna. La que no excluye ni viola los más
elementales derechos. Cuba está ahí en lucha no solo por reivindicar el derecho
de su pueblo a la verdadera democracia, sino en la defensa de un modelo que
antepone el interés colectivo a los mezquinos intereses privados, que tienen a
nuestro pueblo en la más abyecta pobreza y desigualdad.
Afortunadamente
la historia no se equivoca. Aunque muchas veces es escrita por los ganadores,
los pueblos jamás olvidan los hechos y tarde o temprano brilla la justicia. La
patria requiere de sus mejores hijas e hijos para defenderla. Afortunadamente
tanto en Cuba como en Honduras hay patriotas que estamos dispuestos al máximo
sacrificio en la defensa de nuestro más preciado tesoro: la patria.
No menciono por
su nombre a la bloguera, porque no merece respeto quien se lucra vendiendo a su
madre. Peor que Judas, la bloguera sigue intentando vender por un puñado de
monedas a Cuba, el país que sigue iluminando el camino de la dignidad de
América Latina y el mundo. Afortunadamente Cuba y su revolución siguen
avanzando a paso firme y cada vez más seguro hacia la liberación del ser
humano. La verdadera conexión de Cuba y Honduras es la de la solidaridad. La
que no podrán romper ni las boberías de la bloguera ni los embates del imperio.
*
Sociólogo y escritor hondureño
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