Chris Arsenault
IPS
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos y
otras fuerzas de seguridad internacionales “no luchan contra los
narcotraficantes”, sino que “intentan manejar el comercio de drogas”, dijo a Al
Jazeera un portavoz del gobierno del norteño estado mexicano de Chihuahua.
Las denuncias por parte de activistas, académicos y
exfuncionarios sobre la complicidad oficial en el negocio de la droga no son
nuevas. Pero sí lo son cuando parten de un representante oficial de uno de los
estados más violentos de México, fronterizo con el estadounidense de Texas.
“Son como las compañías de control de plagas, solo
controlan”, dijo Guillermo Terrazas Villanueva, portavoz de Chihuahua, en
conversación con Al Jazeera el mes pasado en su oficina de Ciudad Juárez. “Si
acabas con las pestes, te quedas sin trabajo. Si acaban con el negocio de la
droga, se quedan sin empleo”.
Un portavoz de la CIA en Washington no quiso comentar directamente
estas acusaciones, y en cambio sugirió a Al Jazeera que consultara un sitio web
oficial.
Acusaciones son “patrañas”
Terrazas Villanueva no es un funcionario de alto rango, y
sus opiniones no representan a los responsables de la política exterior de
México. Otros funcionarios del estado, incluyendo al alcalde de Ciudad Juárez,
Héctor Murguía Lardizábal, rechazaron las afirmaciones y las calificaron de
“patrañas”.
“Creo que la CIA y la DEA (agencia antidrogas de Estados
Unidos) están del mismo lado que nosotros en la lucha contra las bandas de la
droga”, dijo Murguía Lardizábal en una entrevista realizada en su automóvil
todoterreno. “Tenemos una excelente colaboración con Estados Unidos”, aseguró.
Bajo la Iniciativa Mérida, el Congreso legislativo
estadounidense aprobó más de 1.400 millones de dólares de ayuda a la guerra
contra el narcotráfico en México, suministrando helicópteros de ataque, armas y
capacitación para policías y jueces.
Más de 55.000 personas han muerto en México por la violencia
relacionada con la droga desde diciembre de 2006.
En forma extraoficial, residentes y representantes de todo
el espectro político mexicano atribuyen este estado de cosas al cóctel letal
que forman la demanda de estupefacientes de Estados Unidos y el flujo de armas
de gran poder a través de la frontera.
La “ilusión” de una guerra
“La guerra contra las drogas es una ilusión”, dijo Hugo
Almada Mireles, profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y autor de
varios libros. “Es una razón para intervenir en América Latina”, dijo a Al
Jazeera.
“La CIA quiere controlar a la población. No quiere detener
el tráfico de armas a México. Mire (por ejemplo a la operación) Rápido y
Furioso“, afirmó, en referencia a la fracasada iniciativa estadounidense por la
cual se permitió durante 15 meses el tráfico de armas automáticas con la
esperanza de poder rastrearlas y detener a los criminales.
Pero el Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de Estados
Unidos perdió el rastro de 1.700 armas durante la operación, entre ellas un
fusil de asalto AK-47 que se empleó en 2011 para asesinar al agente fronterizo
Brian Terry.
Echar la culpa a Washington de los problemas mexicanos ha
sido algo habitual en esta nación latinoamericana desde la guerra entre los dos
países, entre 1846 y 1848, cuando Estados Unidos conquistó lo que hoy son los
estados de California, Utah, Nevada, Arizona y Nuevo México.
Pero operaciones como Rápido y Furioso muestran que la
realidad puede ser más extraña que la ficción cuando se trata de la guerra
antidroga y las relaciones entre México y Washington.
Si no estuviera demostrado, la idea de que agentes
estadounidenses activamente colocaban armas en manos de criminales mexicanos
sonaría absurda para muchos.
Teorías conspirativas
“Creo que es fácil ser cínico ante la intervención
estadounidense y de otros países en América Latina en relación con la droga”,
dijo Kevin Sabet, exasesor de la Casa Blanca en políticas de control
antidrogas.
“Las declaraciones (que acusan a la CIA de manejar el
narcotráfico) deben ser respaldadas con evidencia… Yo no les daría mucho
crédito”, sostuvo.
Los dichos de Terrazas Villanueva “podrían ser una forma de
recibir algo de atención para su región, lo cual es entendible, pero no productivo
ni basado en la realidad”, dijo Sabet.
En 1996, el periódico Mercury News, de la occidental ciudad
estadounidense de San José, publicó “Alianza oscura”, una serie de artículos de
investigación que vinculaban misiones de la CIA en Nicaragua con el aumento del
consumo de crack en Estados Unidos.
Para financiar a los “Contras”, milicias ilegales que
luchaban contra el gobierno socialista en Nicaragua, la CIA se asoció con
carteles colombianos para traficar droga a Los Ángeles, y emplear las ganancias
para adquirir armamento y enviarlo a América Central, según esta investigación.
“No hay duda alguna de que personas relacionadas con la CIA
o que formaban parte de su personal estuvieron involucradas en el tráfico de
drogas”, dijo por entonces el senador John Kerry, que había encabezado en 1989
un comité parlamentario de investigación sobre esos hechos.
Otros periódicos, como The Washington Post y Los Angeles
Times, criticaron duramente la serie de artículos, y el editor de Mercury News
finalmente admitió que se habían exagerado algunos elementos y se habían
cometido errores en el trabajo periodístico, pero subrayó que refrendaba muchas
de sus conclusiones centrales.
Rumores propagados
“Es verdad, quieren controlarlo”, dijo en Ciudad Juárez un
funcionario de rango medio de la Secretaría de Gobernación (Ministerio del
Interior) de México, refiriéndose a la CIA y a la DEA.
El funcionario, quien habló a condición de mantener el
anonimato, dijo que sabía que las denuncias eran correctas, según conversaciones
que mantuvo con algunos de sus pares estadounidenses que trabajaban en Ciudad
Juárez.
La aceptación de esas denuncias por parte de varios
elementos del gobierno y de los servicios de seguridad de México muestra la
dificultad de llevar a cabo una efectiva acción internacional contra el tráfico
de drogas.
Jesús Vicente Zambada-Niebla, narcotraficante del cartel de
Sinaloa que actualmente espera su juicio en Chicago, dijo haber trabajado para
la DEA, y que esa agencia le había prometido inmunidad.
“Bajo ese acuerdo, el cartel de Sinaloa, liderado por su
padre, Ismael Zambada, y ‘El Chapo’ Guzmán, obtuvo carta blanca para continuar
traficando toneladas de drogas ilícitas… a Estados Unidos”, escribieron los
abogados de Zambada como parte de su defensa.
“Y fueron protegidos por el gobierno estadounidense de ser
arrestados y juzgados a cambio de que proveyeran información contra carteles
rivales”, añadieron. “De hecho, agentes del gobierno de Estados Unidos ayudaron
a los líderes del cartel de Sinaloa”.
El cartel de Sinaloa es la organización narcotraficante más
antigua y poderosa de México, y algunos analistas creen que las fuerzas de
seguridad mexicanas y estadounidenses la han favorecido respecto de los
carteles rivales.
Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, billonario líder del cartel
y uno de los hombres más buscados del mundo, escapó en 2001 de una prisión
mexicana probablemente con ayuda de personal y jefes de seguridad. Eso
fortaleció los rumores de que los narcotraficantes tenían colaboradores en las
altas esferas del poder.
“Sería fácil para el ejército mexicano detener a El Chapo”,
dijo Mireles, “pero ese no es el objetivo”.
Las autoridades a ambos lados de la frontera quieren tener
suelto a El Chapo, cree, ya que su cartel es más fácil de controlar y el dinero
de la droga se recicla en la economía.
Otros analistas consideran esta idea parte de una teoría
conspirativa, y señalan que El Chapo pudo escapar debido a la ineptitud y la
corrupción de algunas autoridades de rango bajo, más que por un plan de las
agencias de gobierno.
En la escena política
Después de unas polémicas elecciones, con denuncias de
irregularidades, Enrique Peña, del Partido Revolucionario Institucional (PRI),
asumirá como nuevo presidente de México el 1 de diciembre.
Peña quiere abrir un diálogo con Estados Unidos sobre la
guerra contra el narcotráfico, pero ha dicho que legalizar algunas drogas no es
la solución.
Algunos políticos en Estados Unidos, incluso de línea dura,
temen que Peña haga acuerdos con algunos carteles para reducir la violencia en
el país.
“Espero que no regrese al PRI del pasado, que era corrupto y
cerraba los ojos ante los carteles de la droga”, dijo el congresista
estadounidense Michael McCaul, del opositor Partido Republicano y representante
del meridional estado de Texas.
Más allá de la posición que tome la nueva administración
para calmar la violencia y restaurar el orden, es probable que muchos
mexicanos, incluyendo funcionarios de gobierno como Terrazas Villanueva, sigan
convencidos de que fuerzas en el exterior quieren que continúe el negocio de
las drogas.
Las sospechas de los vínculos entre la CIA y el
narcotráfico, sean verdaderas o no, hablan a las claras de la mutua
desconfianza entre las autoridades, en medio de la mortandad y la destrucción
de la vida cívica de México.
“Tenemos buenos soldados y policías”, dijo Terrazas
Villanueva. “Pero no resolveremos este problema con balas. Necesitamos
educación y empleos”.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=101262
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