La foto oficial de la cumbre del Mercosur el 12 dfe julio de 2013. El organismo crece. . . |
El Mercado Común
del Sur culminó su reunión en Uruguay. Venezuela tomó la presidencia
pro-témpore y avanzó la sumatoria de Bolivia y de dos países asociados. La derecha
pinta un bloque en crisis, pero es al revés.
Por Emilio
Marin
Las distintas tendencias políticas en la
región se vieron reflejadas ayer en Montevideo, en la 45ª reunión de
presidentes. Una ausencia, de Paraguay, y varias "caras nuevas",
ilustraron esa contradicción.
Paraguay permanece sancionado desde junio del
año pasado, cuando en Mendoza los demás socios decidieron eso luego del golpe
de Estado exprés contra Fernando Lugo, propinado por el vice Federico Franco.
En aquella oportunidad Cristina Fernández,
Dilma Rousseff y José Mujica (Argentina, Brasil y Uruguay respectivamente),
aprobaron la incorporación de Venezuela. Ese trámite de Caracas databa de 2006
y estaba trabada por la derecha paraguaya atrincherada en el Senado y expresada
en Franco.
Por eso la decisión de Mendoza en 2012, tuvo
un doble efecto: "tarjeta roja" para Paraguay, por el golpe y hasta
que se realizaran elecciones democráticas; y calurosa bienvenida a Venezuela.
La nota sobresaliente ayer en la capital
uruguaya fue la felicitación a Nicolás Maduro, quien tomó por seis meses la
presidencia pro-témpore del Mercosur. Además hubo mucha unidad entre todos los
socios e invitados, y declaraciones solidarias con Evo Morales, por el grave
atropello sufrido en su vuelo oficial desde Moscú hacia El Alto, por culpa de
autoridades europeas obedientes a EE UU.
El venezolano recibió el cargo de manos del
anfitrión, Mujica. Declaró que lo recibía con "la zurda de Hugo Chávez y
el espíritu del Libertador Simón Bolívar". El cable de la agencia cubana
Prensa Latina lo explicó así: "Maduro hizo el comentario al recibir de su
par uruguayo, el martillo (que tomó con la mano izquierda) con que asumió la
titularidad temporal del bloque integracionista". Chávez era zurdo para el
béisbol y la política...
Que a Venezuela le hayan cedido la presidencia
del grupo cierra definitivamente las especulaciones de la derecha expresada por
Henrique Capriles, y sobre todo sus sponsors norteamericanos, colombianos y de
otras nacionalidades. Estos quisieron impedir su asunción en el Palacio de
Miraflores con falsas acusaciones de "fraude". El Departamento de
Estado tendrá que discutir otro camino de acumulación de fuerzas a mediano
plazo porque en lo inmediato sus complots contra Maduro han fracasado. Montevideo
fue la tumba de ese golpismo apenas embozado.
Signos de fortaleza.
No es por comparar países, porque aún los más
pequeños valen igual que los grandes, pero es evidente que si el Mercosur suma
a una potencia energética como Venezuela y por razones ajenas a su voluntad
democrática se demora el reingreso de Paraguay, la suma no da cero.
Antes y después de la ceremonia Maduro hizo
declaraciones favorables a la reincorporación guaraní. El 15 de agosto asumirá
el nuevo presidente Horacio Cartes, del Partido Colorado, ganador de las
elecciones, y el Mercosur lo está esperando.
El problema es que la derecha paraguaya ha
ejercido una fortísima presión, poniendo condiciones intolerables para los
socios sudamericanos: sólo volvería si le daban la titularidad en lugar de
Venezuela. Agravando la tensión, la cancillería paraguaya no ha enviado
invitación a Maduro para que asista a la investidura de Cartes.
Ante esas posiciones tan poco amigables, el
Mercosur siguió adelante con su política. Hizo su reunión en Uruguay, sin
participación de Paraguay, y entregó la cinta presidencial al bolivariano. Y a
las autoridades electas guaraníes les aseguró que serán bienvenidas luego que
asuman.
Esa situación no altera en lo más mínimo la
fortaleza relativa del bloque. Sin embargo, la derecha argentina y
pro-estadounidense, inventó títulos catastrofistas ayer en "La
Nación": "Bloque en crisis. Paraguay se niega a regresar al Mercosur
mientras Venezuela ejerza la presidencia". Martín Dinatale habló de
"una nueva crisis interna" (...) "la ausencia de toda la
dirigencia de Paraguay en la cumbre de presidentes (...) dejó en una posición
frágil a todos los países miembros". La tormenta era perfecta, en el vaso
de agua de Di Natale: "ayer, fuera del antiguo Edificio del Mercosur que
está frente a la costa del Río de la Plata llovía intensamente. Pero dentro se
percibía otro tipo de tormenta. Sólo que los nubarrones del Mercosur no
lograban despejarse con el correr de las horas".
Bolivia casi adentro y hay más.
Mal que les pese a esos detractores de la
integración sudamericana, en Uruguay se comprobó el avance del bloque pues se
dieron nuevos pasos hacia el ingreso formal de Bolivia. Restan unos pocos
debates de aspectos instrumentales, comerciales, pero el grueso del trámite
está aprobado.
Encima, lubricando ese inminente ingreso, la
crisis entre la región y Europa y EE UU -generada por éstos al poner en riesgo
la comitiva presidencial boliviana el 2 de julio pasado-, fue como un impulso
final para que el Mercosur cuente con un nuevo integrante.
Al hablar ayer en la cumbre, Evo Morales
planteó: "tenemos que profundizar al Mercosur y darle una mentalidad de
carácter social y no neoliberal. Y siento que tiene que haber una tarea
específica para saber cómo enfrentará las crisis de Estados Unidos, Europa o
Asia. Y no esperar que la solución venga de esos lugares".
Para oídos con cierto entrenamiento sonó como
una diplomática crítica al origen neoliberal de este mercado en su nacimiento
en los '90, con Carlos Menem en Argentina y colegas similares de neoliberales
en Brasil. Ahora es otra cosa, o está en transición hacia un horizonte más
social, para citar de nuevo al aymara. Y entonces se entiende que éste pida un
lugar en el club.
Aunque recién está en el umbral de entrada, ya
se siente en condiciones de hablar como miembro pleno. Y lo hizo en materia de
soberanía tecnológica. Dijo Evo: "¿Por qué tenemos que ir a comprar
tecnología a Europa o a otros países del Norte, si acá tenemos tecnología? La
liberación económica pasa también por la liberación tecnológica". Un
médico a la derecha, para Oscar González Oro, quien debe estar desmayado luego
de dudar si un "indio" podía ser presidente de Bolivia.
La sumatoria del altiplano no fue todo. En la
cita uruguaya se decidió que Surinam y Guyana sean nuevos asociados al
Mercosur, habiendo firmado el jueves 11 los protocolos de adhesión. La
canciller de Guyana, Caroline Rodrigues-Birkett, y el embajador de Surinam en
Brasil, Marlon Hoesein, expresaron que ambos países se ven como una rama entre
el Caribe y Sudamérica. Para ellos, agregaron, "la integración es un
imperativo y no más una opción".
También hablaron como invitados el
vicepresidente de Ecuador, Jorge Glass, el vicepresidente del Consejo de
Ministros de Cuba, Ricardo Cabrisa, y el presidente hondureño, Porfirio Lobo. Dinatale,
¿dónde está "la crisis" del Mercosur?
Integración Sur-Sur.
Al comentar esos ingresos y asociaciones, el
comunicado de los cancilleres de Mercosur, previo a la cita de los presidentes,
sintetizó que "todos los países de América del Sur quedan asociados así al
Mercosur". El local Luis Almagro, Héctor Timerman, Antonio Patriota y
Elías Jaua, reiteraron los tres pilares de la unión: política, cooperación y
comercio e inversiones.
Y la política estuvo nuevamente al mando, con
el fuerte repudio al espionaje norteamericano puesto de manifiesto por el ex
analista de la CIA, Edward Snowden, en contra de 35 países, organizaciones y
empresas. The Guardian y O Globo fueron los periódicos que primero difundieron
esas informaciones, dejando pésimamente mal paradas ante el mundo a las
autoridades estadounidenses.
Hasta la OEA, bien caracterizada en los '60
por Cuba como "ministerio de colonias", emitió una condena en su
reunión del 9 de julio en Washington, con las obvias excepciones de EE UU,
Canadá y el felpudo panameño. ¡Como no iba el Mercosur a repudiar ese espionaje
que lo apuntó y hasta puso alguna central en Brasil!
En este momento el bloque está integrado por
Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela como miembros plenos, con Paraguay
momentáneamente suspendido, Bolivia en proceso de adhesión, y Chile, Colombia,
Perú, Ecuador, Guyana y Surinam como asociados.
Por supuesto que el mercado del sur tiene sus
problemas, por ejemplo los políticos y económicos que hoy atraviesan al gobierno
del socio líder, Brasil, y asimetrías entre los grandes, como ese país y
Argentina, y los de menor porte como Uruguay.
El aspecto principal, no único, es que
concentra el 80 por ciento del Producto Interno Bruto suramericano y el 65 por
ciento del comercio exterior regional. No es perfecto ni mucho menos, pero debe
valorarse en contraste con el panorama internacional de un capitalismo en
crisis desde hace años, con luctuosos saldos sobre las economías, las vidas y
el empleo de millones de personas.
Debe ser por eso que los defensores de la
supeditación a ese mundo decadente e injusto, como "Gaceta Ganadera"
(léase "La Nación") analizaron en tono tan crítico la exitosa cumbre
de Uruguay. Son las viudas del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y
siguen llorando, rencorosas, sobre su sepultura en Mar del Plata.